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miércoles, 27 de mayo de 2015

Challenge Me!: Todos trabajan para el señor Magnus

—Traedlos a la nave —habló Magnus con voz serena. Un hombre vestido con traje y capa blanca se levantó del asiento y se acercó a la pantalla—. Incluido al robot.

El oficial asintió y se acercó a uno de los operarios de radio. A diferencia de Magnus, ellos vestían uniformes totalmente negros. 

—Aquí puesto de mando —anunció hablando por el micrófono—, escuadrón de reconocimiento, ¿me recibís?

—Aquí escuadrón de reconocimiento. Le recibimos, señor —Una voz sintética salió de los altavoces—. Nos estamos aproximando al objetivo.

—Tenéis órdenes de no atacar y de traer a sus tripulantes sanos y salvos al transbordador. Incluido al robot —explicó el oficial. 

—¿Y si nos atacan?

—No lo harán —intervino Magnus—. Ese robot es capaz de escuchar las conversaciones por radio, y no pondrá en peligro la vida de sus compañeros.

El oficial al escuchar a su superior se volvió al panel de radio y repitió las órdenes. 

A través de la pantalla, Magnus observó la aproximación de sus tropas. El robot permaneció quieto sobre la cápsula durante todo el arrastre. En su interior estaban los científicos que habían dado con la cadena de ADN que llevaba años buscando. Y al fin ese conocimiento estaba al alcance de su mano.

—Teniente Edding —llamó al tiempo que se sentaba y observaba como la cápsula era introducida en el transbordador—. ¿Tenemos el fichero en nuestro poder?

—Sí, señor. Todo ha salido según lo previsto.

Cuando la cápsula llegó al hangar una docena de soldados la rodearon apuntándola con sus rifles. El sonido de una puerta metálica abriéndose hizo acallar los murmullos. Magnus seguido del teniente Edding se acercaron a la cápsula. 

El robot nada más verlo acercarse descendió con seguridad y se interpuso entre ellos. Los soldados dieron un paso al frente y le apuntaron. Unos gritos y golpes que precedía del interior de la cápsula hicieron que el robot se volviera.

—Tranquilos —habló Magnus alzando el brazo derecho—. Lo necesitamos vivo. Bueno, eso sí podemos considerarlo vivo, ¿no doctor Zaius? —El robot le miró—. Sé que eres tu Ian. 

—Abrid la compuerta —ordenó el oficial a uno de los soldados.

El robot retrocedió y dejó que el soldado se acercara. Al sonido del aire descomprimiéndose le siguió el de la compuerta abriéndose. Lindsay fue la primera en bajar seguida por sus compañeros.

—Hugo —exclamó Magnus nada más verlo—, acércate. Has hecho un trabajo magnífico. Y encima has salvado la vida....

Hugo mirando cabizbajo a Lindsay y a Jeff, se acercó a su interlocutor.

—¿Hugo? —exclamó Lindsay—. ¿Trabajas para él?

—Todo el mundo trabaja para el señor Magnus...

—Exacto —exclamó Magnus entre risas—. Todos trabajan para el señor Magnus.

Lindsay miró al robot y luego a Jeff temiéndose lo peor. 

—Tranquila. Sólo había un infiltrado en el equipo. Pero a partir de ahora trabajareis todos para mí.

—¡Nunca! —gritó el robot que hasta entonces había permanecido en silencio.

—¿Seguro? —Desenfundó su arma y se la entregó a Hugo—. Mátalo —sentenció señalando a Jeff.

Hugo cogió el arma y apuntó.

—No lo hagas Hugo —exclamó el robot—. No manches tus manos de más sangre.

—¡Hazlo! 

Magnus al ver que no le obedecía le quitó el arma de las manos. Le miró con desprecio y con un movimiento rápido le encañonó en la barbilla. Apretó el gatillo y antes de que el cuerpo sin vida de Hugo tocara el suelo, un segundo disparo acabó con la vida de Jeff. 

Lindsay aterrada se llevó las manos a la boca ahogando un grito y cayó de rodillas entre sollozos.

—Esto es lo que les pasa a los que no trabajan para mí.

(Reglas: Continuación "Doctor Zaius")


Todos trabajan para el señor Magnus: ¡Ponle nota!

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