Pues aquí estamos de nuevo. Para poder darle un poco de juego al blog y a la vez verme obligado a escribir cada cierto tiempo, he pensado en crear una sección para que vosotros, mis seguidores*, podáis intervenir y os sintáis partícipes de todo esto.
La idea es hacer cómo en los talleres que propone la web de "Literautas". En ella la autora, propone un tema, o da unas directrices a seguir, lo demás es cosas del escritor. Para que me entendáis os pondré un par de ejemplos. Las entradas con la etiqueta "Taller" hacen referencia a los relatos que hago para dicha pagina, los relatos de "Mal de ojo", y "Una de miedo", tenían como pautas hacer un relato que empezara con la frase de "Decidió visitar a la bruja...", en el primero, y en el caso del segundo texto, el protagonista no podía moverse.
En la próxima entrada del taller, que publicaré a principios de mes de Enero, la historia tenía como premisas el contar un relato sobre un persona supersticiosa, y las palabras, "candado, escritor y trece" debían aparecer.
La única limitación que pondré en estos relatos será la su extensión máxima, que rondará las 750 palabras, y usaré las propuestas de las dos primeras personas que comenten la entrada para el siguiente relato. Así pues supongo, queda clara la mecánica que habrá que seguir. El nombre que he elegido para esta sección: "Challenge me!"
Os dejo con un texto que escribí hace mucho, mucho tiempo. "El templo del adiós".
"Una silueta apareció de
entre los árboles, en medio de la espesura, observaba con atención a un grupo
de hombres con antorchas que ascendían por el camino que provenía del Norte.
Exhaustos por el esfuerzo y el calor no tenían fuerzas para escapar de sus perseguidores,
unos bárbaros que les seguían a pocos minutos.
La luna llena brillaba en el tranquilo río, sus aguas claras y cristalinas atravesaban un hermoso valle. Al llegar a un pequeño claro, uno de los hombres cayó abatido por una flecha, un disparo certero en la pierna, al verlo desplomarse algunos de los hombres se giraron para tratar de ayudarlo, otros ni si quiera se pararon tratando de salvar la vida. Solo estos pudieron escapar de la masacre que aconteció momentos después, los bárbaros alcanzaron a los rezagados acabando con todos ellos. No habiendo saciado su sed de sangre, continuaron la marcha para tratar de capturar a los que habían podido escapar, dos de ellos, se quedaron para rematar la faena.
La luna llena brillaba en el tranquilo río, sus aguas claras y cristalinas atravesaban un hermoso valle. Al llegar a un pequeño claro, uno de los hombres cayó abatido por una flecha, un disparo certero en la pierna, al verlo desplomarse algunos de los hombres se giraron para tratar de ayudarlo, otros ni si quiera se pararon tratando de salvar la vida. Solo estos pudieron escapar de la masacre que aconteció momentos después, los bárbaros alcanzaron a los rezagados acabando con todos ellos. No habiendo saciado su sed de sangre, continuaron la marcha para tratar de capturar a los que habían podido escapar, dos de ellos, se quedaron para rematar la faena.
Cuando estos ya se habían
marchado y habían saqueado lo poco que tenían de valor los cadáveres, la
silueta se acerco al lugar de la masacre, era un caballero montado sobre su
caballo que con voz clara y segura anunció:
-Seguidme, soy el
caballero de la blanca luna. Y os he venido a buscar.- Los cuerpos se
levantaron lentamente y miraron fijamente al caballero, quien vestía una
reluciente armadura. Montaba sobre un hermoso corcel blanco que se erguía
majestuoso frente a ellos. -Es tiempo de descansar, rápido.- Anunció al tiempo
que iniciaba su marcha dirección al interior del bosque.
Los hombres que se habían
levantado le siguieron por la espesura, anduvieron horas antes de que el
caballero les hablara nuevamente. Por ese entonces, estaban en un claro rodeado
por una intensa niebla, y el misterioso jinete les ordenó que esperaran allí a
su regreso. Éste marchó hacia el interior de la niebla desapareciendo en ella
para volver minutos más tarde con los otros hombres que habían podido escapar
del primer ataque. –Sigamos, es hora de descansar.- Habló firmemente el
caballero.
Todos se pusieron en
marcha y se adentraron por un camino oculto por la niebla, tras unos pocos
pasos se encontraron descendiendo a través del bosque, no penetraba luz alguna,
los árboles eran cada vez más grandes y altos. Entre ellos se podía divisar una
luz en el centro del bosque, en pocos minutos llegarían a aquella luz
esperanzadora. El caballero hizo un alto, con voz temblorosa les dijo. –Allí os
aguarda mi templo, dormir.- Y volvió por donde había venido, dejándolos allí
donde morarían eternamente."
Pues tras este breve relato, doy por iniciada la nueva sección. ¡Ya podéis ir comentando para que pueda prosperar! ¡Gracias!
*Amigos del trabajo, de clase, de fatigas y de borracheras...
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