
"Abrió los ojos y observó como un
cuerpo ensangrentado se encontraba a escasos centímetros de su cara. Se apartó
y trató de ponerse en pie. Estaba en el laboratorio, la mesa de operaciones
estaba llena de sangre, igual que los utensilios que habían caído al suelo. Por
un pequeño orificio que con acierto había sido colocado en el centro de la mesa
se derramaba la espesa sangre llenando un cubo. El sonido metálico del bisturí que recogió del
suelo rompió el silencio que reinaba en la estancia. El hombre sin prisa,
continuó cogiéndolos todos y los introdujo en una caja de plástico. Se acercó
al fregadero y la colocó bajo el chorro de agua dejando que se llenara.
Se volvió y se acercó al cuerpo
tras observarlo un instante, era una mujer de mediana edad, fluía sangre de sus
heridas creando un charco alrededor suyo. Se agachó despacio, la cogió por los
hombros y comenzó a arrástrala por la sala acercándose a lo que parecía ser una
caldera. Al llegar abrió la compuerta y un putrefacto olor le golpeó en la
cara. Cogió aire y volvió a cargar con el cuerpo y lo introdujo no sin
dificultades en su interior. Tras cerrar la compuerta apretó el botón de
encendido y el motor comenzó a funcionar con un estruendo.
Se acercó al fregadero y paró el
grifo. Se miró en el espejo, la sangre había manchado por completo la bata. Uno
de sus ojos tenía un tenue color morado, lo palpó y notó un ligero dolor, incluso
tenía restos de sangre seca en la cara.
«Maldita narcolepsia, siempre me pasa lo mismo» se dijo a sí mismo,
maldiciendo su condición.
Comenzó a limpiar los utensilios
con agua mientras los observaba con la mirada perdida en el vacío, y una vez
limpias las depositó en una caja que había junto a la mesa de operaciones. Tras
esto se ocupo de limpiar la mesa, con una manguera hizo caer la abundante
sangre por el desagüe al cubo y con un trapo remató la faena. Cogió el cubo
ahora casi lleno de una mezcla de agua y sangre y la aproximó al fregadero donde
volcó todo el contenido.
Una vez decidió que estaba todo
limpio se lavó las manos y la cara, se quitó la bata ensangrentada y la lanzó a
un cesto mientras caminaba hacia un armario, lo abrió y sacó una bata limpia. Observó
un diario que había en la mesa mientras se vestía. Alargó el brazo y observó el
titular “El sociópata de Düsseldorf ataca de nuevo”, continuó
leyendo parte del artículo, esbozando una sonrisa al leer las palabras del
inspector, en las que afirmaba que pronto darían con el asesino. Dejo el
periódico y se volvió a acercar al espejo.
Tras observarse detenidamente salió
de la sala camino a una habitación mucho más pequeña con una camilla en su
interior, en ella había un cuerpo tapado. Levantó la sabana que lo cubría y
observó el rostro de mujer con frivolidad, con un movimiento del brazo, deslizó
por completo la sabana hasta dejar descubierto todo el cuerpo.
El cuerpo estaba lleno de puntos
de sutura que estaban a medio sanar. El hombre acercó una de sus manos a los
puntos que unían la cabeza con el resto del cuerpo, este era un ligero tono más
oscuro que el rostro. Comenzó a deslizar la mano hacía abajo, acariciando con
suavidad uno de los pechos, palpándolo, con la otra mano comenzó a tocar el
otro, comparando su textura y volumen.
Cuando pareció estar satisfecho
agarró una de las manos de la mujer y la observó, también había sido añadida al
cuerpo, era suave y fina, con la piel tensa. Tras observarla un momento alargó
el brazo para poder cogerle la otra mano, esta no había sido cosida, era menos
tensa que la otra, pero igual de fina y suave, las comparó. Tras deleitarse con
su obra recogió la sabana y comenzó a tapar el cuerpo desnudo de aquella mujer."
Espero vuestros comentarios en este o en cualquier otro relato donde me expongáis que pensáis al respecto y así poder mejorar. Las directrices que se tenían que seguir eran tener a un científico como protagonista en un relato de suspense o terror y que las palabras laboratorio, sociopata y narcolepsia estuvieran dentro del texto.
¡Gracias por leerme!
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