
"—¿Te puedo invitar a un café? —le
dijo señalándole una cafetería situada bajo unos álamos.
—¿Por qué no? —contestó ella tras
pensarlo un momento. Ambos iniciaron la marcha y dejaron atrás el recinto de
los tucanes— .Perdona. ¿Te llamabas? —preguntó un poco avergonzada.
—Toni —contestó con una sonrisa.
—Soy Blanca —habló parándose y
dándole dos besos— .Un placer conocerte, Toni.
—Igualmente. ¿No sabrás de una
óptica que abra los domingos verdad? —pregunto entre risas observando sus
maltrechas gafas, provocando que Blanca sonriera.
—Me temo que no —contestó
haciendo una mueca— .Tienes unos ojos bonitos. ¿No has pensado en usar
lentillas? —le dijo reanudando la marcha.
— Gracias—dijo ruborizándose— .Las
utilicé durante un tiempo pero me picaban mucho los ojos...—contestó apenado al
tiempo que llegaban a la cafetería —¿Aquí te parece bien? —quiso saber tras
señalar una mesa vacía.
Blanca asistió y se sentó en la
silla. Dejó la cámara sobre la mesa y se masajeo el cuello. Toni se sentó
delante suyo y se giró en busca de alguien que les atendiera.
—¿Qué quieres tomar? —le preguntó
mientras levantaba el brazo para que le vieran.
—Tomaré un té verde, gracias —se
limitó a decir mientras esperaban la llegada del camarero.
—Buenos días —dijo este nada más
llegar— .¿Ya saben lo que van a tomar? —Sacando una libreta del bolsillo del
delantal.
—Sí. Para la señorita un té verde
y para mí un café con leche, por favor. ¿Quieres algo para picar? —le preguntó
a ella.
—No, gracias. Solo el té.
—Muchas gracias. En seguida se lo
traigo. —dijo el camarero antes de marcharse al interior.
—Bueno Toni. ¿Qué hacías en el
zoo, solo y con las gafas rotas? —preguntó ella rompiendo el silencio.
—He venido con una amiga, así que
técnicamente, no estoy solo —comenzó explicando— Pero al parecer ha conocido a
uno de los jardineros de aquí, y bueno... Me ha dado plantón.
—Por el tono en que lo dices
parece que estabas en una cita —habló un poco desconcertada.
—No, no —intervino rápidamente—
Somos amigos, nada más —concluyó de manera tajante.
—Sí, claro... Por eso te has puesto como un tomate. ¿Verdad?
Toni desvió la mirada y la centró
en la cámara que había sobre la mesa cruzándose de brazos.
—Siento si he dicho algo que no
debía, no era mi intención incomodarte —se disculpó tras ver su reacción— No es
asunto mío. Solo quería romper el hielo.
—No es nada. En parte tienes
razón —dijo tras guardar silencio unos segundos— .Esta chica que te digo, me
gusta desde hace meses, pero lo único que hago es pagarle sus caprichos y
consolarla cuando algún capullo se aprovecha de ella...
—Vamos que eres un pagafantas
—dijo de improviso— .No te ofendas —concluyó ella forzando una sonrisa al ver
su mirada.
—Me molesta porque en el fondo sé
que tienes razón —comenzó diciendo apoyando los codos sobre la mesa y
llevándose las manos a la cara.
—Esto tiene fácil solución. Hoy
invito yo. ¿Te parece? —espetó ella ante la sorpresa de Toni.
—No, no. No puedo aceptar. Invito
yo. Además ha sido idea mía venir a tomar algo —le contestó haciendo negativas
con los brazos.
—¿Quieres ser un pagafantas?
Adelante paga tú... —soltó con tono burlón.
A Toni le pillo desprevenido y se
quedó en silencio, sin saber que decir. Hasta que Blanca comenzó a reír a
carcajada a la vez que le daba un toque en una mano, momento en que él también
comenzó a reír.
—Gracias —contestaron ambos
cuando el camarero llegó con el pedido dejándolo en la mesa.
—Mira. Te voy a enseñar unas
fotos muy divertidas —le dijo a Toni cogiendo la cámara.
—¿Eres fotógrafa?
—No. Es una de mis aficiones. Soy
maestra en un jardín de infancia —dijo mirándole a los ojos— ¿Quieres qué te
enseñe las fotos o no?
—Sí, sí. Perdona.
—Esta foto la he hecho un poco
antes de chocarme contigo. ¿Ves ese mono que parece que este en la cabeza de
aquel hombre calvo? —dijo indicándole con el dedo.
Toni observó la foto y realmente
parecía que estuviera encima suyo. Blanca comenzó a enseñarle otras fotos,
muchas de ellas del mismo estilo que la primera, jugando con la perspectiva
para crear fotos surrealistas.
—También hago fotos normales.
Aquellas que me trasmiten algo —dijo como defendiéndose.
—Para gustos colores, pero a mí
me parecen divertidas.
—Gracias —contestó ella.
—Antes de que me dejarán
plantado, estaba en la zona de los pájaros y ha pasado algo gracioso —comenzó
diciendo. Hizo una pausa para beber— .No sé cómo, un niño, ha lanzado un oso de
peluche a la jaula de los buitres y han comenzado a volar en círculos encima
suyo.
—¡Lo he visto! —intervino ella—
Creo que tengo alguna foto —dijo mientras la buscaba en la cámara.
—¿En serio?
—¡Aquí están! No me lo puedo
creer... —dijo quedándose en silencio.
—¿Qué pasa?
—quiso saber. Ella le pasó la cámara y le enseño la foto. En ella salía la
jaula de los buitres, pero salvo eso no había nada raro en ella, hasta que
Blanca comenzó a ampliar en una de las esquinas y allí estaba Toni observando
la escena— ¡Si soy yo! —exclamó emocionado.
—Te estaba
espiando —dijo ella entre risas.
—Sí, claro...
—contestó burlón Toni— .Brindemos por ello —dijo alzando su café.
Tras el
brindis guardaron silencio mientras continuaron observando fotos, Toni observó
a Blanc ay se armó de valor.
—Estaba
pensando en qué me dirías si te digo de quedar otro día —exclamó tras hacer una
pausa y notar como volvía a ponerse rojo.
—Bueno...
—dijo tratándose de hacer la interesante— .¿Qué me propones?
—Pues la
verdad, no lo sé —contestó dubitativo— .He escuchado que hacen una exposición muy
buena en el observatorio, sobre Saturno y sus anillos —diciendo lo primero que
le vino a la cabeza.
—Una primera
cita en un lugar oscuro ¿eh? —contestó Blanca sonriendo— .Te veo muy lanzado
Toni...
—No, no.
Perdona — se excusó tímidamente.
—¿Entonces
qué? ¿Me lo vas a pedir o tengo que intuir que me vas a invitar a salir?"
Las premisas para este relato eran las de tener un protagonista enamoradizo o pagafantas y que las palabras Saturno y buitre aparecieran en el texto.
¡Gracias por leerme!
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