De una de mis ideas raras que suelo tener a diario he escrito un relato que es breve, pero me ha parecido correcto publicar. De hecho, la idea de escribir sobre alguien famoso o sobre el mundo del famoseo me llamó la atención hace tiempo pero siempre acababa por posponerlo. No esperéis encontrar a nadie que conozcáis pero espero que disfrutéis con su lectura.
"—Hola. Claudia —dijo dándole dos besos.
Raúl, seguido
de Selene, entraron y los tres observaron cómo Claudia permanecía inmóvil en el
suelo, Selene se acercó y rompió a llorar arrodillándose ante el cuerpo sin
vida de su amiga."
"—Hola. Claudia —dijo dándole dos besos.
—Y yo Selena.
—Hola —contestó él con desgana al
tiempo qué le daba un abrazo y dos besos.
—Raúl nos ha dicho que queríais
conocernos. No sabes la ilusión que nos hace. Unas estrellas como vosotros...
—concluyó emocionada.
—Roca —escuchó como le llamaban.
Raúl se acercaba por detrás— ¿Qué te parece si Claudia, Selene, tú y yo nos
vamos a un sitio más tranquilo? —dijo poniéndole las manos sobre los hombros—.
El jefe dice que puede dejarnos el reservado para nosotros solos... —terminó
mirando a las chicas. Estas comenzaron a dar saltitos de la emoción mientras
cuchicheaban entre ellas. Al contrario que Roca que frunció el ceño y asintió
con indiferencia—. Ahora vuelvo. Esperad aquí chicas.
Roca se llevó el vaso a los
labios y escuchó, sin mirar, a Claudia y Selene.
—No me lo puedo creer Claudia. En
el reservado con Roca y Raúl.
—¿Quién se queda con quien? —dijo
en voz más baja—. ¿Cómo lo hacemos? —dijo finalmente al tiempo que ambas chicas
comenzaban a mirarse con recelo.
Subieron al reservado, era muy
lujoso, con grandes sofás de piel blanca repartidos por toda la sala. Roca se
acercó a uno de ellos y se puso cómodo. Las chicas se sentaron una a cada lado
de Roca dándole la espalda a Raúl.
—Chicas. Yo también estoy aquí
—dijo molesto—. ¿Acaso no recordáis quien os ha ido a buscar? Claudia que
estaba a su lado se volteó hacia él y forzó una sonrisa. Roca observó de reojo
la cara de satisfacción de Selene en el momento en qué les sirvieron el mejor
cava que tenían y brindaron por ello.
—Has elegido el lado bueno. ¿Eh?
—le dijo burlón a Selene.
—Te quiero conocer a ti, no a él
—contestó alzando su copa.
Estuvieron largo rato bebiendo y
hablando sin parar. La música estaba lo suficientemente baja como para poder
hacerlo sin tener que gritar.
—Selene, ¿me acompañas al
servicio? —dijo Claudia levantándose y ajustándose el vestido.
—Claro —contestó tras pensarlo.
Ambas se marcharon y Raúl se acercó a su colega.
—Tío. ¿Qué te pasa? —preguntó—
¿Quieres cambiar?
—No es eso Raúl. Estoy cansado de
hacer siempre lo mismo... —dijo decepcionado—. ¿Te crees que estaríamos aquí
bebiendo gratis, con ellas si no fuera porque somos famosos?
—¿Sigues con eso? ¿Cuánto hace
que no te metes? —dijo mientras sacaba una bolsita del interior de su chaqueta—
Una raya te sentará de fábula ya verás...
Roca no contestó, observó como
repartía el polvo en cuatro líneas sobre la mesa de cristal. Las chicas
llegaron entre risas y tambaleándose cuándo Raúl, quien había enrolladlo un
billete, esnifó una raya. Se llevó la mano a la nariz y movió la cabeza.
Claudia aprovechando un despiste de Selene, se sentó en su sitio, obligándola a
sentarse junto a Raúl.
—¿Os apetece chicas? —dijo Raúl
ofreciendo el rulo. Al ver que ambas dudaron miró a su amigo—. ¿Roca?
—Las damas primero. Si es que
quieren. —sentenció. Selene que quería captar de nuevo la atención de Roca
alargó el brazo y cogió el billete enrollado.
—Yo primera pues... —dijo mirando
a Claudia antes de esnifar, no sin dificultades.
—¿Claudia? —preguntó Raúl.
Roca observó la duda en su
mirada, miró a Selene y observó como esta se reía de manera descontrolada y
movía el cuerpo violentamente al ritmo de la música. Claudia tras pensárselo
alargó el brazo y se inclinó sobre la mesa. «Es su primera vez» descubrió Roca
por sus dudas y miradas, le temblaba el pulso.
—¿Estás bien?
—quiso saber Roca al verla con dificultades.
—Sí. Solo estoy
un poco mareada, he bebido mucho esta noche... —dijo antes de inhalar el polvo
blanco sobre la mesa—. Joder... —gimió llevándose la mano a la nariz. Roca
observó cómo sus ojos comenzaron a ponerse rojos y llorosos.
—Bebe, algo te
sentará mejor —intervino Roca acercándole la copa. Claudia bebió y se acomodó
en el sofá. Cerró los ojos y tras unos segundos los volvió a abrir—. ¿Mejor?
—La verdad es
que no. Me duele la cabeza... —dijo al tiempo que se levantaba—. Tengo que ir
al servicio...
Roca observó
como corrió hasta allí y luego miró a su amigo y Selene. Ambos se habían
levantado y bailaban despreocupadamente ajenos a todo. Roca apuró su copa y
volvió a llenársela. Hacía rato que Claudia se había marchado y se extraño de que
aún no hubiera regresado, por lo que se levantó y caminó hacia allí. Entró y se
acercó a la puerta con el símbolo femenino dibujado en ella, llamó.
—Claudia.
¿Estás bien? —preguntó antes de volver a llamar.
Al no obtener
respuesta abrió la puerta y horrorizado descubrió el cuerpo de Claudia tirado
en el suelo sufriendo convulsiones y echando espuma por la boca «¿¡Qué cojones
tengo que hacer!?» se preguntó impotente mientras la volteaba para que no se
ahogara, percatándose entonces de qué de la nariz le salía sangre. Pensó en
llamar a emergencias, pero no podía hacerlo con drogas de por medio, por lo
que corrió hasta el reservado en busca de ayuda.
—¡Raúl!
—gritó—. ¡Raúl! —Selene y él se voltearon alarmados—. ¡Se está muriendo!
—Volvió a gritar desesperado señalando el servicio.
Sé que es un relato que puede considerarse inconcluso o con falta de algo, pero siéndoos francos lo escribí en poco más de media hora y el sabor de boca que ami me dejó me gustó. Espero que a vosotros también, si no siento mucho haberos hecho perder el tiempo, jejeje.
¡Gracias por leerme!
¡Gracias por leerme!
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