Por querer ser rey, por querer ser recordado y por querer salir vencedor por una vez en la vida, cometí un grave error. No haciendo caso de la advertencia, salté el muro de su ciudad, desafiándolo, y tuvo que actuar como rey que era, no mostrando ninguna debilidad ni privilegios sobre mi persona, por lo que me atacó y luchamos ferozmente. Fui derrotado en combate singular, mis heridas fueron mortales y como buen hermano, a diferencia de mí, me enterró con lágrimas en los ojos llevándome siempre en el corazón. Noche tras noche llora mi pérdida y no puedo ayudarlo en estos duros momentos para él. La culpa no fue suya sino mía. Y nunca podré decírselo. Ahora lamento haberlo hecho.
(Reglas: Temática de sentimientos)
No hay comentarios:
Publicar un comentario