Friskies fue mi primer gato. Lo recuerdo vagamente ya que yo contaba con tan solo seis años. Nos lo regaló nuestra vecina, su madre era una gata callejera que había parido en el jardín de su casa y se había afincado en él, y pese a quedarse con la madre, se vio obligada a regalar a los pequeños. Por aquel entonces yo era un niño muy travieso y aunque quería con locura al animal no paraba de hacerle trastadas. Pequeño y escurridizo huía de todas mis trampas. Recuerdo como se escondía en la oscuridad camuflándose gracias a su pelaje negro, fueron tiempos que nunca olvidaré, se marchó de mi vida tal como llegó, de un día para otro, desapareció sin dejar rastro.
(Reglas: Temática vidas)
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