Decidí observar el eclipse desde una posición privilegiada, por lo que cogí vacaciones y viajé hasta Noruega. Una vez allí, decidí hacer un poco de turismo, me acerqué al archipiélago de Svalbrad para maravillarme con el Banco Mundial de Semillas donde no pude entrar, pero con tan solo ver la fachada de esa gran cámara acorazada me sentí realizado. Quedaba poco para el eclipse y me dirigí a la isla de Spitsbergen. Llegué a mi destino y acampé pasando allí la noche en la intemperie. Cuando me desperté a la mañana siguiente un cielo completamente despejado me dio los buenos días y cámara en mano busqué un lugar donde poder inmortalizar el motivo de mi viaje. Faltaba muy poco para las diez cuando la Luna comenzó a tapar el Sol, la luminosidad comenzó a menguar paulatinamente, asombrado por poder disfrutar de ese acontecimiento me estremecí al encontrarme de un segundo a otro en la más completa oscuridad. Miré a mi alrededor y todo era negro, no conseguía ver absolutamente nada, fueron unos minutos aterradores sumergido en las tinieblas, pero tan rápido como la luz se había marchado, regresó.
(Temática viajes)
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