Había una vez un castillo en lo más profundo de un oscuro bosque. De su interior salían unos gritos y unas risas malvadas. Allí vivía una hechicera que secuestraba a las niñas de los pueblos más cercanos. Un día, se llevó a la hija del alcalde y éste ofreció una gran recompensa a quien fuera capaz de acabar con ella y recuperar a su querida hija. Movido por las riquezas que se ofrecían un intrépido caballero errante de ojos verdes se ofreció voluntario. Se adentró en el bosque y caminó con paso firme hasta la entrada del castillo. Desde allí gritó para que la temida hechicera se presentara ante él y así poder cumplir con el encargo. Pero cuando ésta salió del interior, el caballero se quedó prendado de su belleza y del misticismo que irradiaban sus ojos violetas. Ella conocedora de sus encantos, en vez de acabar con su vida, le pidió ser su compañero y guardián.
(Debía aparecer las palabras: ojos verdes)
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