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miércoles, 9 de noviembre de 2016

Relatos: Última calada

(Continuación “El Trepa”)

—No quiero matarte sin saber quién te envía —habló el Trepa cogiendo un cigarro del suelo y llevándoselo a la boca—. Y deduzco que tú me necesitas vivo, de lo contrario ya estaría muerto.

García resopló y colocó el cañón de su revólver en la sien del camarero. Carlos trataba de escapar de su captor cuando vio a su jefe caminar directamente hacia él, metralleta en mano. No conseguía distinguir que hablaba con García pero sentía una presión más fuerte alrededor de su cuello a medida que avanzaba hacia ellos.


—Adelante, dispara —sugirió el Trepa—. Esto te demostrará que no somos tan diferentes. Yo elimino a los que se interponen en mi camino. Y por lo que veo… —añadió mirando los cuerpos tirados en el suelo al tiempo que lanzaba el cigarro sobre ellos tras darle una última calada.

—¿Dónde está mi droga? —masculló García.

—¡Ah! —exclamó el Trepa—. Se trata de eso. Pensaba que eras un puto loco que había venido a mi local a dar por culo y solo eres un maldito yonqui…

El Trepa bajó el arma.

—Suelta a Carlos y olvidare lo de estos dos —propuso señalando con el pulgar hacia atrás—. Me vendrá bien tener un hijo de puta como tú en mi banda. ¿Quieres drogas? Si trabajas para mí tendrás toda la que quieras.

García permaneció callado unos segundos.

—Me robaste…

—¿¡Que te robé!? —El Trepa suspiró y alzó la metralleta dirección a la barra—. ¿Te ofrezco salvar el pellejo, trabajo y drogas, y aun así me llamas ladrón?


Última calada: ¡Ponle nota!

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